El senador nacional Martín Lousteau instó a los radicales a retomar la «épica» con la que logró recuperar la democracia en 1983 para lo cual debe convertirse «en el corazón y el cerebro» de Juntos por el Cambio, la coalición que integra con el PRO y la coalición cívica, en un zoom que tuvo más de 700 participantes.
Sostuvo que la pos pandemia ya comenzó y antes de la cuarentena «el país ya estaba mal, sin crecimiento en los últimos 10 años, con recesión, igual que Venezuela y los países más atrasados del mundo».
La pos pandemia «nos encuentra con atraso, un déficit fiscal grande, la imposibilidad de acceder a mercados y con una emisión de la que no se tiene memoria, con la mitad de la mitad de la población en pobreza, con un desempleo de entre el 18 y 20 por ciento. La clase media sumida en la pobreza, a la que le cobramos más impuestos y no le damos más servicios».
En este escenario «tenemos una responsabilidad muy grande», pero el radicalismo «ha perdido la capacidad de la épica, cedió, y debe ser capaz de emprender las grandes gestas, como fue la de recuperar la democracia», lo cual no implica «volver a las recetas de siempre».
«Si tenemos que pensar en el Estado que necesitamos ahora, digo que tiene que ser sensible al equilibrio social, pero un Estado moderno. Para ello debe fijar prioridades y tener un método para diagnosticar las prioridades».
Pero además la situación «nos fuerza como partido político a discusiones hacia adentro; debemos preguntarnos: ¿qué queremos representar?».
Además, destacó la necesidad de «recuperar la identidad propia partidaria, para contrapesar dentro de la coalición visiones distintas» y observó que «hay parte de la UCR que no quiso tener identidad propia; estaba más cómodo apoyándose en el PRO y ahora salen a decir que hay que ampliar, renovar» la estructura partidaria.
El partido, agregó, «prefiere sobrevivir adentro de una coalición; no creo que debamos hacer esto; sobrevivir en una coalición sin identidad va a hacer que no podamos ganar más votos, principalmente en el conurbano bonaerense y en la franja de la clase media, fundamentales en las próximas elecciones».
Por eso, insistió, el radicalismo debe saber a quienes quiere representar y tiene que establecer reglas» pero también «salir a buscar gente, más dirigentes con voz, se tiene que ampliar, no cerrar. Cuando pierde la prevalencia en la zona centro, en el cordón del centro de la provincia de Buenos Aires, (el partido) empieza a tener lógica de confederación».
«La situación nos fuerza como partido político a discusiones hacia adentro; debemos preguntarnos: ¿qué queremos representar?»
Analizó que la UCR «cuando se pone en modo defensivo pide ayuda, baja la autoestima y de esta manera no puede convocar a nadie. Este es un momento crucial en el que tiene que ir a cambiar lo que creemos que hay que cambiar. La UCR tiene que ser la palanca de Arquímedes para hacer fuerza en el sistema político que está desgastado».
Y en tal sentido recordó que en las últimas elecciones (Mauricio) Macri «dejó una base del 40% (de votos); debemos tomar ese 40% y sumarle otro 10%, conduciendo una coalición distinta».
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